Afrontar una inversión para mejorar el local no siempre es fácil para un negocio de hostelería, bar o restaurante. Incluso cuando los números aseguran un aumento de la cantidad invertida, como es el caso de cubrir la terraza con Tubbo para poder obtener ingresos todo el año, no sólo durante los meses de verano.
El problema muchas veces no es ni siquiera disponer de liquidez o credibilidad ante el banco para obtener crédito, sino encajar la inversión en las cuentas anuales sin desfigurar los resultados reales, ya que la adquisición aparecerá como un gasto 100% imputable al año en curso, mientras que los beneficios que generará se producirán a lo largo de varios años, rebajando el ratio de rentabilidad de ese ejercicio.
Hemos consultado con expertos financieros cuál sería la mejor fórmula de financiación que permita al hostelero realizar la inversión cómodamente y llevando un control de los pagos realizados para que su terraza sea productiva durante todo el año con los beneficios que obtiene por ello. La mayoría de los expertos se deciden por el leasing.
El leasing es una fórmula financiera en la que actúan 3 partes, el propietario del hotel, la empresa de leasing y Tubbo. Con esta fórmula, la empresa de leasing (normalmente un banco) adquiere la configuración de Tubbo que mejor se adapta a las necesidades del hostelero y firma con el establecimiento un contrato de leasing.
Mediante este contrato, el hostelero pagaría el Tubbo en cuotas mensuales a la empresa de leasing y, al final, podría optar por adquirir la propiedad pagando una última cuota por el «valor residual», renovar el contrato o devolver el Tubbo.
Las ventajas de adquirir un Tubbo en leasing son:
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Permite financiar el 100% de la operación, sin necesidad de desembolso inicial, por lo que el establecimiento no necesita utilizar su activo circulante.
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El leasing no figura en el balance, por lo que no aumenta el ratio de endeudamiento ni reduce la rentabilidad económica del establecimiento, al contrario, la incrementa gracias al aumento de los beneficios obtenidos en la terraza.
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Las tasas son un gasto deducible y permiten la amortización fiscal acelerada del activo, por lo que es fiscalmente ventajoso.
Un caso real
Un Tubbo de 10m. que puede acoger cómodamente a 30 comensales puede costar unos 30.000 euros, incluidos aire acondicionado, iluminación y puertas.
Un alquiler a 36 meses por ese importe supone en la mayoría de los casos una cuota inferior a 1.000 euros al mes. En concreto, a un interés del 7,5% habría una cuota mensual de 906 euros y un valor residual de 1.000 euros, por lo que obtendríamos la propiedad del Tubbo.
Con este Tubbo, que tiene capacidad para servir a 3600 comensales al mes (si se trabaja en dos turnos durante al menos 26 días al mes y eso sin doblar servicios
),
tendríamos que dedicar apenas 25cts de euro de la cuenta de cada cliente para pagar la cuota de arrendamiento.